Cuando pensamos en utilizar la madera como material para nuestro hogar, lo primero que nos viene a la cabeza son y los tratamientos antihumedad a los que tendremos que someterla para mantener su durabilidad y resistencia. Sin embargo, la madera está llena de ventajas, desde su belleza estética hasta el tacto saludable debido a su baja conductividad térmica.
Bien es cierto que estamos hablando de un material sensible a la humedad ya que puede absorberla o cederla al entorno, lo cual, por otro lado, permite purificar el ambiente y mantener el grado de humedad óptimo para nuestro hogar.
Del mismo modo, la madera se presenta como un material que favorece al aislamiento térmico, manteniendo el ambiente cálido en invierno y más fresco en verano. Los espacios con madera evitan las pérdida de calor quince veces más que un muro de hormigón, aunque variará en función de la especie de la que se trate. Del mismo modo, la madera consigue aislar el ruido exterior absorbiendo las ondas y evitando la reverberación del sonido.
Por último, deberíamos destacar los beneficios ecológicos de su uso, ya que se trata de una materia prima ecológica, reciclable, biodegradale y, sin duda, el material de construcción más sostenible que podemos encontrar.
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